No me gusta ser tan blanca y que todavia sea completamente virgen.
Que me llenaran de palaras de amor es mi único deseo, que mi destino final estuviera en el susurro de unos labios enamorados, que entre sus manos me tuviera, y que sus lágrimas me fueran destruyendo poco a poco.
Nunca quisiera ser portadora de una mala noticia que hiciera desdichado a alguien.
Sí, soy una carta esperando que alguien le escriba palabras de amor.
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